
Quiero dar a conocer lo que pienso de un tema que me llamó mucho la atención durante clases en el colegio.
La base de toda sociedad se sustenta en sus creencias. Por lo tanto, existen creencias buenas y malas. Recompensas y castigos. Reyes y sirvientes. Bienes y males. En nuestro mundo existen 7 males: Lujuria, Gula, Avaricia, Ira, Envidia, Orgullo y Pereza. Por desgracia para algunos nuestro rey, “Don Estados Unidos de Norteamérica” a caído inmerso en su propio juego, afectado por estos pecados y está destinado a sucumbir como lo hicieron sus antecesores: Romanos, Francos, Otomanos, Ingleses, Alemanes… El David de nuestro rey Goliat se llama Vietnam. ¿Cómo, dicen algunos, puede un todopoderoso sucumbir ante una nación agricultora, con creencias paganas? Fácil, con inteligencia. Estados Unidos cayó debido a que el enemigo destruyó lo más importante para cualquier ser o aglomeración existente, su motivación. ¿Cómo se logra eso? Desmoronando a los pequeños enanos que componen un gigante. Dicen que pecando con alguno de los 7 pecados capitales, valga la redundancia, estás destinado a irte al infierno…Bueno, eso fue lo que pasó. “Vietnam es lo más cerca del infierno que puedes estar”, decían los soldados americanos, esos enanitos que componían al gigante de América. En este ensayo, me dedicaré a nombrar cuales fueron los pecados de USA, sus errores, subestimaciones, prejuicios y lo más importante de todo: su motivación, para que ese famoso “God Bless America” quede en la nada.
El Orgullo, quizás fue uno de los grandes factores de la decepción de las tropas aliadas e ipso facto de Estados Unidos. El hecho de que USA jamás haya perdido una guerra provocó que se esperara hasta el último aliento de sus subordinados para darse cuenta de que la guerra estaba perdida. Al pasar los años, los soldados se dieron cuenta que esta no era su guerra, que no peleaban por la seguridad de su país, sangraban y morían por orgullo ajeno, era más útil tener mentalidad defensiva y solo pensar en sobrevivir. No valía la pena ver morir a sus amigos por un enemigo invisible en la Batalla del Valle Ia Drang o Hue, ni sacrificarse en las “Guerras de Minas Terrestres” donde la suerte decidía el destino de una vida, y por tanto de una familia. A esto se le suma el “síndrome post-Vietnam donde la guerra atormentaba a los veteranos hasta el fin de sus días y el mal recibimiento de estos “héroes” de guerra. Se les trataba como basura, nazis les gritaban algunos al ver (Cabe recordar que fue la primera guerra televisada) las atrocidades que cometían contra los nativos vietnamitas como en My Lai.
Gula y avaricia. Esta combinación de estos “errores fatales” es característica de una nación despótica como Estados Unidos. El hambre de querer absorber países, mejor dicho culturas enteras o aculturando para promover el nuevo “American Way of Life”, a su esfera de influencia sin siquiera preguntar a la nación invadida. El egoísmo de querer conquistar el mundo a su manera lo cegó y lo indujo al primer paso de su próximo desmoronamiento.
No se puede esperar que el Vietcong se quede de brazos cruzados. En este caso, los norvietnamitas tuvieron, la suerte para algunos, de sufrir quizás el “mejor” de los 7 pecados capitales: La Ira. Generalmente este sentimiento viene acompañado de una “ceguera racional” que impide analizar cuerdamente una situación y, por lo general, toman la decisión incorrecta. El amor propio y el afán de emancipación vencieron la parte mala de este pecado y usaron lo mejor de este. Astutamente, usaron otros elementos, contrarios a la maquinaria omnipotente de USA. El conocimiento de sus tierras, les permitió plantarle la guerra a Estados Unidos de forma diferente, plantearon La Guerra Informal, basada en un sistema de túneles subterráneos. Usando un método parecido al de Mao Tse-Tung derribaron moralmente a los G.I. Joe´s gringos. Quizás un factor determinante en la victoria comunista fue la fallida Vietnamización, por lo tanto el Vietcong se extendía no solo, por el norte, sino por toda Indochina.
La envidia y la pereza se apoderaron de Estados Unidos. Mientras sus tropas caían como palitroques en la selva indochina veían como sus enemigos atacaban y atacaban sin importarles las bajas ni sus heridas. Millones de dólares invertidos en tecnología aniquiladora (Napalm, por ejemplo) no tenían efectos visibles. El punto crítico llegó en el año nuevo lunar “Tet” donde Saigon, supuestamente la zona más segura de Indochina fue arrasada por el Vietcong. Esto trajo consecuencias irremediables. Llevó la política imperialista y capitalista estadounidense al borde del colapso perdiendo credibilidad, millones de dólares invertidos para sólo ser mal utilizados y miles de vidas “mal invertidas” causando un cambio radical en la mentalidad del su pueblo, creando protestas en Washington y nuevas corrientes de pensamiento como el hipismo. Veían motivación en el soldado enemigo, pero en el suyo no. Veían heridos a sus soldados, pero no a los de ellos. Veían inútil su propia tecnología, cuando ellos usaban la más básica de todas: la naturaleza. Sin embargo, con el transcurso de los años, USA se rehusó a cambiar la forma de afrontar la guerra, la pereza se adueño del gigante. No entrenaban soldados, no buscaban el fin de la guerra para obtener un saldo favorable para los 2 bandos, no traía de vuelta a los soldados, etc.
El inicio del fin ocurrió en Vietnam. Este pueblo “precario” venció a Goliat y, como todos nosotros, se prepara para asimilar la nueva esfera de poder o el nuevo mandatario de este lugar que algunos llamamos tierra. Se acerca el fin de una época, de un mandato, de un imperio. Los cimientos del mundo actual se resquebrajan a medida que lees este ensayo. Quien sabe quien relevará al Tío Sam en el poder. Su ambición de poder lo llevó a su destrucción. No tiene ahora USA lo que antes se llamaba el motor de la conquista, perdió la motivación, la razón para luchar, perdió la vida.